La Semana Santa de Badajoz se revela como un impresionante conjunto de elementos que abarcan la religiosidad, la historia, el arte, el color y la austeridad, todos entrelazados en un esplendor que le valió el reconocimiento como «Fiesta de Interés Turístico Nacional» en el año 2011.
El linaje de la tradición de la Semana Mayor de Badajoz se remonta al siglo XVI, y a lo largo de los años, más de cuarenta cofradías han desfilado por sus calles. En la actualidad, existen once de estas cofradías, cada una con su propia narrativa, exhibiendo monumentos y obras de arte en los lugares más hermosos del casco antiguo. Este trabajo se realiza de manera silenciosa por parte de los costaleros, quienes asumen la responsabilidad de llevar los pasos procesionales.
La festividad da inicio en el Viernes de Dolores y concluye en el Domingo de Resurrección. Cada jornada se distingue por procesiones únicas y conmovedoras, siendo el Jueves Santo el día más destacado, con la salida de la Patrona, la Virgen de la Soledad.
La Semana Santa de Badajoz no solo constituye un evento religioso, sino un testimonio en vivo de la rica historia, el excepcional arte, la devoción tangible y la arraigada tradición en la ciudad.
En el contexto de estas celebraciones, la Cofradía de Nuestra Señora de la Consolación emerge como una de las más antiguas, fundada en la Iglesia de la Consolación dentro de la Alcazaba y aprobada el 7 de octubre de 1605 por el Sr. Licenciado D. Matheo de Canseco y el Ilmo. Sr. D. Andrés Fernández de Córdoba, con la posterior aprobación del Real y Supremo Consejo de Castilla en el reinado de Carlos IV.
En sus primeros años, en 1616, ocupaba el duodécimo lugar en antigüedad entre las cofradías pacenses, destacándose por realizar procesiones con la imagen de la Virgen de la Consolación el Domingo de Resurrección.
En 1771, su Mayordomo era D. Pedro Muñoz y Mena, contando con una renta anual de 2.238 reales de vellón y 17 maravedíes destinados a funciones y la procesión. Además, la cofradía contaba con un «muñidor» encargado de anunciar la presencia por las calles.
La escultura de la Virgen de la Consolación, obra del imaginero Eduardo Félix García Márquez de Badajoz con taller en Sevilla, fue concebida para procesionar en 2009 y bendecida el 27 de noviembre de 2010. La imagen de la Dolorosa transmite un profundo sentimiento con gran delicadeza y serenidad.
El paso, con varales, basamentos y capiteles cincelados y plateados por el orfebre Juan Angulo, presenta un palio con ondulaciones ligeras y crestería clásica, también obra de Juan Angulo. Las bambalinas de terciopelo púrpura se complementan con el techo y el manto, rematadas con bellotas de oro.
El vestuario de la escultura es sencillo, con un broche en oro que lleva el nombre «CONSOLACIÓN», un puñal con joyas antiguas en el pecho y un rosario de oro en la mano, regalado por D. Antonio Mora Muñoz. La escultura reposa sobre una peana y una corona plateada y cincelada, ambas obras de Juan Angulo.