La Semana Santa de Badajoz se presenta como un fascinante mosaico de religiosidad, historia, arte, color y austeridad, fusionados de manera espléndida, logrando así la distinción de ser reconocida como la «Fiesta de Interés Turístico Nacional» en el año 2011.
Las raíces de la tradición de la Semana Mayor de Badajoz se remontan al siglo XVI, y a lo largo de los años, más de cuarenta cofradías han recorrido sus calles. En la actualidad, once de estas cofradías, cada una con su propia historia, despliegan monumentos y obras de arte en los rincones más pintorescos del casco antiguo. Este loable esfuerzo se materializa gracias al trabajo discreto de los costaleros, quienes asumen la responsabilidad de cargar con los pasos procesionales.
La festividad se inicia en el Viernes de Dolores y culmina en el Domingo de Resurrección. Cada día está marcado por procesiones únicas y conmovedoras, siendo el Jueves Santo el más destacado, con la salida de la Patrona, la Virgen de la Soledad.
La Semana Santa de Badajoz no solo es un evento de carácter religioso, sino un testimonio vivo de la rica historia, el excepcional arte, la palpable devoción y la arraigada tradición de la ciudad.
Entre las diversas cofradías, destaca la Cofradía de la Humildad, que presenta algunas curiosidades dignas de mención. En primer lugar, desde el siglo XVII, el nombre de Cristo de la Humildad recaía en la imagen que hoy conocemos como Cristo de Prendimiento, procesionada en la madrugada del Jueves Santo. Posteriormente, debido a la interrupción de la procesión en los años 40 y la falta de un nuevo Misterio del Prendimiento, el nombre Jesús de la Humildad se trasladó a la imagen que da vida al paso de la Oración en el Huerto, dejando la procesión con solo dos pasos.
La segunda curiosidad está estrechamente vinculada a la anterior. La Cofradía emprendió con gran esfuerzo el proyecto de un nuevo Paso del Prendimiento, que, tras salir a la calle y no ser del agrado de la Hermandad, quedó abandonado en los sótanos de la Iglesia de la Concepción, donde aún se conserva.
En 1943, la Hermandad decidió encargar un nuevo paso del «Prendimiento de Jesús» al imaginero granadino Pérez Alcunce. A pesar de la polémica surgida por no cumplir con lo acordado en el contrato, las imágenes fueron bendecidas por el Obispo de Badajoz, D. José María Alcaraz y Alenda, durante la Semana Santa de 1946. Sin embargo, el aspecto desgarrado y terrible de las figuras, especialmente el gesto excesivo de Judas provocó la fulgurante desaparición del paso en el cortejo de la Cofradía en su primer y único año de salida, debido al excesivo peso de las figuras y al plante de los costaleros. Esta es la historia del intento de dotar a la Cofradía de un nuevo paso del Prendimiento, que en realidad resultó ser un «Beso de Judas».