La Semana Santa en Badajoz se despliega como un espectacular tapiz de espiritualidad, historia, expresiones artísticas, colores vibrantes y austeridad, obteniendo el prestigioso título de «Fiesta de Interés Turístico Nacional» en 2011.

La rica tradición de la Semana Mayor de Badajoz se remonta al siglo XVI, con más de cuarenta cofradías que han desfilado por sus calles a lo largo de los años. En la actualidad, once de estas cofradías, cada una con su propia narrativa, exhiben monumentos y obras de arte en los encantadores rincones del casco antiguo. Este despliegue artístico es posible gracias al silencioso trabajo de los costaleros, quienes asumen la responsabilidad de llevar los pasos procesionales. El inicio de la festividad se marca en el Viernes de Dolores y culmina en el Domingo de Resurrección, con procesiones únicas y conmovedoras cada día, siendo el Jueves Santo el más destacado con la salida de la Patrona, la Virgen de la Soledad.

La Semana Santa en Badajoz no solo representa un evento religioso, sino también un vivo testimonio de la rica historia, el arte excepcional, la devoción palpable y las arraigadas tradiciones que definen la identidad de la ciudad.

En el trasfondo histórico de San Andrés, emerge con esplendor una nueva Cofradía: la Cofradía del Descendimiento. Su génesis se remonta a la Semana Santa de 1943, cuando un grupo de amigos se congregó en una tertulia de café, dando inicio a una iniciativa que se convertiría con el tiempo en una conmovedora expresión de fe.

Don Luis Martín Illescas, uno de los «padres» de la Cofradía, comparte emocionado cómo la idea tomó forma en colaboración con el entonces párroco, Don Leopoldo Sito. La crónica detallada del proceso creativo y la elección de la temática se encuentra en un artículo del diario Hoy del 6 de abril de 1944.

Inicialmente se contempló la idea de representar la imagen de un Resucitado o la posibilidad de un paso para la procesión de las Palmas, pero ninguna opción encajaba. Finalmente, se decidió que el Descendimiento sería el misterio central, ya que ninguna otra cofradía lo representaba. En mayo de 1944, Don Luis Martín y Don Antonio Flores viajaron a Sevilla para encargar las imágenes al renombrado imaginero Don Antonio Castillo Lastrucci.

El escultor, reconocido como uno de los grandes maestros de la época, dio vida al misterio con su genialidad, ajustándose al boceto inicial. El paso, inicialmente compuesto por cuatro imágenes, fue expuesto en Sevilla, donde recibió elogios y atrajo el interés de la prestigiosa Cofradía Sevillana de la Quinta Angustia.

El 21 de marzo de 1944, el paso llegó a Badajoz, conmoviendo a la comunidad por su grandiosidad y belleza. La autorización formal de la Cofradía fue otorgada por el Obispo de la diócesis, Don José María Alcaraz y Alenda, el 28 de marzo de 1944, consolidando su estatus oficial.

Es relevante señalar que, aunque la Cofradía del Descendimiento fue fundada en 1943, la representación del misterio tenía ya siglos de tradición en Badajoz a través de la Cofradía del Santo Entierro. Esta última venía escenificando la ceremonia del Descendimiento de la Cruz cada Viernes Santo, conservando aún un crucificado articulado que añade un toque histórico a la nueva Cofradía.