La Semana Santa en Badajoz se despliega como un fascinante mosaico que fusiona espiritualidad, historia, expresiones artísticas, vibrantes colores y un toque de austeridad, alcanzando el prestigioso título de «Fiesta de Interés Turístico Nacional» en 2011.

La arraigada tradición de la Semana Mayor de Badajoz se remonta al siglo XVI, testigo de más de cuarenta cofradías que han desfilado por sus calles a lo largo de los años. En la actualidad, once de estas cofradías, cada una con su propia narrativa, exhiben monumentos y obras de arte en los rincones más pintorescos del casco antiguo. Este despliegue artístico es posible gracias al dedicado trabajo de los costaleros, quienes asumen la responsabilidad de llevar los pasos procesionales.

La celebración se inicia el Viernes de Dolores y culmina en el Domingo de Resurrección, con cada día marcado por procesiones únicas y emotivas, siendo el Jueves Santo el más significativo con la salida de la Patrona, la Virgen de la Soledad.

La Semana Santa de Badajoz no solo representa un evento religioso, sino un vivo testimonio de la rica historia, el arte excepcional, la palpable devoción y las arraigadas tradiciones que definen la identidad de la ciudad.

Remontándonos al siglo XIII, tras la reconquista de la ciudad por Alfonso IX de León, Badajoz realizó su primera división por parroquias. En este contexto, emerge la Iglesia de San Andrés, ocupando el terreno actual de la Plaza de Cervantes. Aunque suprimida como parroquia en el siglo XVII, el edificio fue restaurado en el XVIII y finalmente derribado en 1834. En 1842, la parroquia de San Andrés encontró su nuevo hogar en la iglesia del desamortizado Convento de Descalzas de San Francisco «Madre de Dios de Valverde», construido en 1548.

 

Este templo, sometido a diversas remodelaciones, conserva las portadas originales de la iglesia del convento. Quienes asistan a la salida de la Cofradía del Descendimiento podrán admirar dos magníficas puertas barrocas del siglo XVIII con elementos clasicistas, una de ellas adornada con el escudo de los Quirós y una hornacina con una escultura de San Pedro, mientras que la otra destaca las armas del Marqués de Monreal, Patrono del Convento. La puerta de salida de la cofradía, construida específicamente para la procesión, está flanqueada por los escudos de la Cofradía y del Obispo D. José María Alcaraz y Alenda, culminando con una escultura de San Andrés.